¿Cómo siendo papás le podemos generar seguridad a nuestros hijos?

Una de las tareas más difíciles de los padres a la hora de educar , creo que es criar niños sanos, para que se conviertan en jóvenes y luego en adultos con todas las herramientas emocionales necesarias para saber llevar el día a día de la vida (a veces con tantas subidas como bajadas) de la manera menos extrema y perjudicial posible.

Cómo todo esta altamente relacionado, así no tengamos mucha consciencia de nuestras acciones sobre los pequeños que están a cargo nuestro y hagamos cosas de manera automática, es importante recordar que todo lo que pasa en los primeros cinco años de vida de un niño determinará como será su salud física y psicológica, y como serán sus relaciones personales a lo largo de la vida.

Para poder desarrollarnos en todos los aspectos de nuestras vidas, necesitamos sentirnos seguros de nosotros mismos y con nosotros mismos. Esto puede sonar muy obvio, pero realmente no lo es. Si buscamos en el diccionario la definición de seguridad podemos encontrar diferentes significados como: ¨ ausencia de peligro o riesgo¨, ¨ sensación de total confianza que se tiene en algo o alguien¨. ¨certeza o conocimiento claro de una cosa¨, entre otros.

¿Cómo podemos estar en una relación sin sentirnos seguros? ¿cómo podemos trabajar sintiéndonos inseguros? ¿Cómo podemos vivir con una profunda sensación de inseguridad?

La seguridad en nosotros los seres humanos, se va desarrollando desde muy temprano en la vida y quienes forman un papel fundamental en la implementación de esta, son los padres o cuidadores que acompañan a los niños en el proceso de crecer. Para un niño es fundamental sentir que está bien sentir lo que siente, entender porqué lo siente (en la medida de lo posible) , saber qué hacer con eso que siente y aprender qué su criterio es válido e importante. ¿Y esto cómo lo hacemos cuando somos padres?

Es muy común que al ver a nuestros hijos enfadados, con tristeza o con angustia queramos que dejen de sentir eso de forma inmediata (por nuestra experiencia previa de haber sentido eso y saber que es incomodo) y les decimos cosas como ¨ ya no estés así¨, ¨no es para tanto¨, ¨no deberías ponerte así por esa bobada¨, así tengamos las mejores intenciones a la hora de hacerlo y lo que en realidad queremos es evitar que se sientan mal, lo que realmente estamos generando es un efecto contrario. El mensaje recibido es: ¨está mal sentir lo que siento¨, ¨no debería sentirme así¨ y esto genera una confusión al interior de los niños. Es necesario validar lo que ellos sienten, preguntarles qué sienten, qué ha pasado para que se sientan así, cómo sienten esa emoción en el cuerpo (tristeza, rabia o la emoción que sea) validar lo que estén sintiendo ( ¨entiendo que te sientas así, a mi también me hubiera dado tristeza ¨) y según el caso ver como desde los adultos que somos podemos ayudarlos a solucionar lo que sea que necesiten (no solucionarlo por ellos).

Al querer evitarles que pasen malos ratos, y que se preocupen por cosas que consideramos que no deberían, empezamos a cambiarles las historias o las situaciones para que ¨no sufran¨ y pasan cosas como: estamos llorando, nos ven llorar, nos preguntan que nos pasa y respondemos: ¨ no me pasa nada, no estoy llorando¨, lo primero que el niño hace es empezar a dudar de su criterio y a entender que no puede confiar en lo que el percibe. Lo ideal sería explicarles que estamos tristes o molestos, que cuando nos sentimos mal a veces lloramos pero que todo va a estar bien (tampoco hay que darles detalles exactos sobre lo que sea que nos pase, ni hay que pretender que sean ellos quienes se encarguen de nuestra emoción) cuando les aclaramos lo que pasa y les decimos que vamos a estar bien (y efectivamente ven que esto sucede) , ellos se calman y nos ven capaces de regular nuestras emociones (cosa que el dia de mañana imitarán) , aprenden que está bien estar mal en algunas ocasiones y confirman que su criterio está bien (al confirmar que sí estamos llorando después de habernos visto y pensar que algo nos pasó ).

Con cosas tan sencillas como estas, estamos ayudando a generar seguridad en los chiquitos, la cuál les servirá para toda la vida. Una persona que confía en su criterio y se siente segura de sentir y pensar lo que siente, tiene mejores relaciones personales, un mejor desempeño laboral, una mayor claridad sobre sus sueños o metas y consecución sobre estas, menores enfermedades y menos conflictos tanto internos como externos.

No somos papas perfectos, ni necesitamos educar hijos perfectos pero cuando tenemos consciencia sobre pequeñas situaciones del día a día , estamos contribuyendo con crear personas con menos inseguridades en todos los aspectos de sus vidas. Lo ideal no es que no sientan, sino que sepan que hacer con lo que sienten. Esto es sentirse seguro.

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